viernes, abril 14, 2006

hasta la muerte

Consiguieron que su hija pasara la noche fuera de casa. Roberto pudo habilitarse el calibre 32 por la mano de un amigo, el Mono. Habían quedado que el domingo la iba a usar para pegar unos tiros en el campo. Pero era viernes, y María aguardaba con el frasco de arsénico en el bolsillo.
En medio de la cena él se paró para ir al baño, caminó al cuarto, tómo las balas y el revolver para encerrarse en el baño. Ella sacó el frasquito y lloró un poco. Temblando lo derramó sobre el otro vaso y lo llenó con un poco más de agua.
Roberto temblaba conteniendo las balas. No necesitaría más de dos. Se largó a llorar temblando de nervios. Guardó todo en una bolsa que depositó arrepentido debajo de la cama y volvió a comer. Hacía mucho que no se miraban de esa manera tan dulce. Robertó siguió comiendo y bebió un poco. María esperó.
Roberto comenzó a sentir dolores. María mencionó un penoso "te maté viejo, disculpame" mientras se largaba a llorar. Robertó masticó, la miró y no pudo evitar vomitar. Al limpiarse, su rostro buscó al de María y empezó a lagrimear.
Los dos ahora lloraban a su manera, viejos y arrepentidos. Él siguió vomitando cuando su cuerpo cayó al piso. María no terminó de comer.

Tema de la semana: "Tonight, tonight" de The Smashing Pumpkins.