domingo, marzo 06, 2005

se puso coloraado... se puso coloraaado...

si, si... ya se que estuve mucho tiempo ausente de la vida bloguiana... es que tal vez tuve otras cosas que requerían de mi tiempo, o tal vez no. Creo que fue mas por la falta de bolas y falta de tema para hablar lo que me hizo quedarme acá acostado en mi cama (queda a un metro de la personal computer) en lugar de venir y escribir algo. Les voy a contar en qué estuve estos ultimos días, porque mi idea era contar algo pseudo interesante que se me había ocurrido en el omnibus en el día de ayer, pero la verdad que me lo olvidé. Así que proseguiré con la crónica de lo tediosos y paupérrimos (grande Kesman) que estos días resultaron ser para mi. Estuve dando clase, con la novia, atendiendo al sanitario que vino a hacer el ñoba, arranqué una página para un proyecto de "revista virtual de comunicación" o algo asi... eso esta bueno, va a traer cosas de cine, diseño, music, libros, etc. es una cosa que me entusiasmó y puede que tenga un mínimo de éxito. Bueno, anduve con algun que otro amigo, estudiando porque el 17 tengo examen de historia, en fin. Igual creo que lo más interesante fue haber meado en un vaso de plástico porque, a falta de baño, no encontraba sitio donde poner dichos líquidos, y como me encontraba a altas horas de la noche con ganitas, tuve que recurrir a un vaso. Mi vieja me gritaba desde su cuarto -agarrá 2 por las dudas!!- pero no, agarré uno, vine, empecé... y al principio claro, un alivio considerable, pero cuando el vaso empezó a llenarse el alivio se fue aliviando y me entré a poner nervioso, cuando mis adorables garfios se entraron a mojar, decidí que debía haber considerado el consejo de mi progenitora, y acto seguido (al comprobar que la misma había apagado la luz de su lamparita) corrí desenfrenadamente, con los pantalones bajos, el vaso en la mano (no me atreví a dejarlo en ninguna parte) y haciendo fuerza hacia la cocina, donde encontré otro vaso de esos mismos de plástico, volví a mi cuarto y proseguí con el acto. Una cosa que me llamó la atención fue que el segundo vaso (también llenado.. bueno, casi) poseía en su líquido una coloración menos amarilla patito que la otra. Y es que o el impulso o la concentración urinaria habrían hecho que mi primer meo haya sido de un color mucho más fuerte. Esto solo tiene parangón con la distancia entre la leche común y la descremada. La cosa es que agarré los dos vasitos, y mientras caminaba hacia la ventana... no les voy a mentir, me dieron ganas de tomarme la descremada... pero no! me contuve, o en realidad sentí un olor pestilente que me hizo cambiar de opinión, así que abrí la ventana y tiré el brevaje por ella hacia los pastos que circundan mi noble hogar y el de mis vecinos. Bueno, esa fue la aventura de la semana, prometo traer algo más interesante para la próxima, lo que pasa es que ya varia gente me ha dicho que mis posts son pura basura deprimente producto de mi aparente hostilidad a la hora de escribirlos, entonces decidí hacer un post que sea más liviano, una mierda, pero más liviano.